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Saturday, 23 May 2015

"The Burning Hills" (1956)


 

 





 



CRITICA EN EL PERIODICO "LA VANGUARDIA" (31-3-1962)
"Western" clásico y típico, con todos los requisitos, bastante elementales y primitivos, que exige este género, tal como se hacían en los tiempos de Tony Mix. El color y el cinemascope han provisto a la realización relieve y novedad. Por lo demás, se diría que por el cine "por el cine de Stuart Heísler, realizador del film" no ha pasado el tiempo. El clima, el argumento, los paisajes y los personajes son los clásicos. Hay grandes galopadas, tiros a granel, un combate con los indios comanches, previsibles peleas cuerpo a cuerpo y una persecución persistente, infatigable frenética y cruel, en la que los "malos", los perseguidores, que son muchos, acaban siendo liquidados por el "bueno", que es uno sólo. Pero éste es un hombre joven, templado y de gran corazón, a quien Dios y el amor "éste en forma de una guapaza mestiza" ayudan a escapar ileso de todos los riesgos y acechanzas. Naturalmente, todo esto no deja de tener su emoción. Emoción ingenua, unas veces; otras vigorosa, y otras enrevesada de la sorpresa que tales abominables seres hayan podido poblar algún día el Oeste americano. En ocasiones, uno pregunta cómo si todos estos horrores eran cosa corriente en el Far West, para nadie llegar a viejo en aquellas tierras ásperas, desérticas y ardientes. Pero la verdad es que sobrevivieron aunque fuesen pocos. En "Colinas Ardientes" sólo escapa con vida uno "el bueno" de los treinta o cuarenta que entran en acción. Es posible que de esta manera "es decir matando tantos malos" el país se depurará y haya llegado a ser la gran nación que és hoy. Enfocadas las cosas así "como grandes matanzas de malos" el western viene a darnos una visión muy elocuente y expresiva de la historia de Estados Unidos. Todos los malos murieron en el Oeste a manos de los buenos, con infalible puntería. Luego, los buenos van liderando, como era natural. El film, ha sido realizado en color con bastante pericia. La camara es movida con precisión y tino, los hoscos personajes "westernianos" aparecen caracterizados con esa sorprendente maestría a que ha llegado en el género el cine de Hollywood. Los dos principales intérpretes son Tab Hunter "no hay que confundir con Jefrey Hunter" y Natalie Wood. Son dos artistas jóvenes, pero de gran temperamento, y destinados a alcanzar el estrellato sólido. Sobre todo, ella una joven de fuerte personalidad y original belleza, con grandes ojos negros y un buen estilo de comedianta, dando vida, a la figura de una mestiza de yanqui y mejicana. Natalie Wood alcanza realmente cotas de gran acierto. A. MARTÍNEZ TOMAS.
























Soon after his brother has been shot to death, handsome Tab Hunter (as Trace Jordan) arrives in the western town of "Esperanza". Along with Mr. Hunter, we quickly learn the man responsible for murdering brother is young cigar-stomping Skip Homeier (as Jack Sutton). As it turns out, Mr. Homeier and his gang have run the sheriff out of town; they also shoot anyone who tries to stake a claim in the area. Hunter is advised to leave town immediately, but refuses. With his muscular frame and quick draw, Hunter easily infiltrates the Sutton ranch, to demand justice.

Wounded in a shoot-out, Hunter barely escapes from the ranch. He collapses near the home of sexy sheepherder Natalie Wood (as Maria Colton). Taunted by the "Sutton Gang" due to her mixed heritage (English father, Mexican mother) and preference for dresses that accentuate her beautifully-shaped breasts, Ms. Wood hides Hunter from Homeier, and nurses him back to health. Hunter and Wood are mutually attracted to each other. Hunter hopes to report Homeier and his gang to the United States Cavalry at nearby Fort Stockwell. Will he get there?

Warner Bros. must have known putting popular but unproven Hunter in this high-budgeted CinemaScope western would be a gamble - but, it pays off. He always fit the genre like a glove, and it's too bad a long string of Hunter westerns wasn't forthcoming. Hunter's greatest asset, herein, isn't really his handsomeness; rather, it's that he adds a muscular athleticism to the usual western antics. As you'll plainly see, there was no need to fear Hunter would snap a girdle, or slip a toupee. Trying on a Spanish accent, Wood is tightly outfitted, and highly arousing.

Homeier turns in a wonderfully nasty supporting performance. Mixed-raced "Indian" tracker Eduard Franz (as Jacob Lantz), limping liquor-soaked Earl Holliman (as Mort Bayliss), and foreman Claude Akins (as Ben Hindeman) lead a strong supporting cast. With sexless romance and Spanish stereotypes, writer Louis L'Amour (book) and Irving Wallace (script) break no new ground, but you know how these western stories go. Director Stuart Heisler corrals the young stars well; he left feature films for dependable work on episodic western televisión.

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